FUNDAMENTACIÓN

OBJETIVO EDUCATIVO PARA LOS PRÓXIMOS TRES CURSOS:

El marco estratégico de la Fundación nos anima a trabajar por un marco educativo que ponga a la persona en el centro, educando personas “más humanas que nunca”. En un mundo globalizado y tecnológico caracterizado por la incertidumbre, se necesitan personas consistentes que estén conectadas con el sentido de sus vidas, y dispuestas a comprometerse con su cuidado y transformación desde el crecimiento de las relaciones con los demás y con una actitud de apertura al mundo.

Esto nos habla de una cultura del cuidado de la vida en todas sus dimensiones, expresado en el hilo conductor: “Cuidar para crecer”, desarrollado a lo largo de tres cursos.

  • Curso 23-24: El cuidado personal, que lleva a un crecimiento interior y del sentido de la vida.
  • Curso 24-25: El cuidado de las relaciones que promuevan el crecimiento mutuo.
  • Curso 25-26: El cuidado de todo lo creado a través de la apertura al mundo y de una ética del cuidado.

Lema curso 2025-2026: Abiertos al mundo

El lema “Abiertos al mundo” nos invita a dirigir nuestra mirada y nuestra acción hacia afuera, centrada en el cuidado de todo lo creado mediante la apertura al mundo y una ética del cuidado.

Este lema va más allá de nuestro propio bienestar o entorno cercano. Implica reconocer nuestra conexión con el planeta y la humanidad, una llamada a la responsabilidad hacia toda la creación y su diversidad, adoptando una ética del cuidado que abarca lo físico, social y global.

Esta apertura se manifiesta en la comunidad educativa a través de diversas actitudes y acciones:

  • Conciencia global: Desarrollar una comprensión profunda de los desafíos y realidades del mundo actual, incluyendo la desigualdad, la sostenibilidad ambiental, la justicia social y la diversidad cultural.
  • Valoración de la diversidad: Celebrar la riqueza de las distintas culturas, perspectivas y formas de vida presentes en el mundo, promoviendo el respeto y el diálogo intercultural.
  • Responsabilidad ecológica: Impulsar iniciativas de cuidado del medio ambiente, reconociendo nuestra interdependencia con la naturaleza como parte de “todo lo creado”.
  • Solidaridad y compromiso: Fomentar la empatía y la acción solidaria hacia quienes lo necesitan en cualquier parte del mundo, así como el compromiso con causas que promueven un mundo más justo y humano.
  • Proyección del cuidado: Extender la “cultura del cuidado de la vida en todas sus dimensiones” (cuidado personal y cuidado de las relaciones) hacia el cuidado del entorno y del mundo.

En el contexto de la escuela, ser “Abiertos al mundo” significa crear un ambiente que fomente la curiosidad y el aprendizaje sobre otras realidades, en que se viva la diversidad como fuente de enriquecimiento y se fomente la participación en proyectos de servicio a la comunidad y la reflexión crítica sobre nuestro papel en el mundo. Es preparar a los alumnos, y a toda la comunidad, para ser ciudadanos globales responsables y comprometidos que contribuyan activamente al cuidado y la transformación positiva del mundo.

DESDE UNA MIRADA CREYENTE:

Cuando nos acercamos a nuestro mundo con mente y corazón abiertos, descubrimos la diversidad como manifestación divina y fuente de riqueza, pues Dios creó y bendijo cada a cada ser como único: “Y vio era bueno”. Vivir “Abiertos al mundo” es reconocer la presencia de Dios en toda la creación, invitándonos a encontrarle más allá de lo personal, en la riqueza global y en cada individuo.

Reconocer a Dios como Creador y a nosotros como sus colaboradores implica la responsabilidad de cuidar a todos los seres, valorando la dignidad de cada ser humano como hermano. Esto se traduce en una mirada compasiva hacia las necesidades globales y un firme compromiso con la justicia social.

Como comunidad educativa, orientada a la búsqueda del sentido de la vida, nuestro lema “Abiertos al mundo” nos impulsa a reflexionar cómo nuestra vocación nos mueve a servir, cuidar y transformar el mundo con nuestros talentos. Este curso nos brinda la oportunidad de profundizar en nuestra interconexión con todo lo creado y a asumir la  responsabilidad que esto conlleva.

El universalismo de Cándida María de Jesús sigue inspirándonos. Era una mujer “abierta al mundo”, para ella no existían fronteras geográficas ni sociales para la misión de educar y así transformar el mundo; anhelaba que su congregación llegara a cada rincón, pues el mundo era “pequeño para sus deseos”. Su visión se concretó en una educación para todos, sin distinción, invitándonos hoy a una apertura constante donde la diversidad enriquece y la educación construye un mundo más justo y compasivo.